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Wednesday, February 21, 2007 |
En Caracoles - La Jornada - 16/02/07
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En Caracoles
La brisa marina es envolvente, atractiva y fuerte en exceso. La belleza de la Bahía de Ocoa y las "escarpadas montañas de Quisqueya" que circundan este pedazo de agua con piedras y los cientos de caracoles que dan su nombre a esta playa histórica se conjugan de un modo maravilloso en este fragmento de Azua, que dejó de ser una playa más un día cualquiera de enero del 1973.
Aquí, junto a 8 valientes más, Francis Caamaño, convertido en el comandante Román, llegó en brazos del BlackJack, aquella lancha que Hamlet -es decir, Freddy- consiguió en Jamaica para la insurrección armada en contra de la democracia tiránica de Joaquín Balaguer. Aquellos nueve hombres que buscaban, con armas en las manos y estrellas en la frente, sembrar en el pueblo la semilla de la insurrección y la lucha por la libertad, llegaron por Caracoles.
Y nosotros, un grupo de jóvenes "activistas independientes", otros miembros del llamado Movimiento Cultural Urbano, ex combatientes de la gesta constitucionalista de Abril de 1965, la Sociedad Caamañista Internacional, los Círculos Caamañistas y el pueblo, nos dimos cita allí para recordar que, unos kilómetros más hacia adentro, en Mono Mojao, ese día le dieron muerte física al Coronel de Abril, luego de capturarlo.
Nos reunimos allí para, entre discursos, recuerdos y música, gritar una vez más que Caamaño no está muerto, que la lucha sigue y no puede detenerse, sobre todo en tiempos en que nuestros gobiernos siguen haciendo oidos sordos a una descomposición social cada vez más latente, tiempos en que el miedo quiere, a golpe de metralla, vendernos una idea de "paz" que creímos muerta con Trujillo.
Allí estábamos todos, frente al mar, para darle testimonio a Caamaño de que seguimos aquí y que continuaremos tomando sus banderas allí donde él las dejó, y continuaremos el camino hacia una nueva República Dominicana.
Es que frente al coronel, sólo queda ratificar aquella frase de que "otro país es posible", y ahí estábamos nosotros para continuar luchando.
En lo que respecta al viaje per se, fue una experiencia inolvidable... faltó Elvira para hacerla completa. Me raspé todas las manos tocando atabales en la ida y en el regreso, pero... ¡vaya si me lo gocé!
No pude llevar la cámara de CR, que es la que me permite tomar fotos "tostin" (como diría Mark), pero llevé mi POS... si quieren ver algunas fotos, pásense por aquí.
Caamaño vive, la lucha sigue.
Catarsis Catarsis.
"Esta es mi verdad, y con mi vida la defiendo"Labels: Azua, Balaguer, Caamaño, Francis, Guerrilla, Insurrección armada, Narciso Isa Conde, Playa Caracoles, Roman, Socialismo |
Desde la Redacción,
Alexei Tellerias en fecha 1:53 PM
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